Si de algo era consciente Doña Jesualda Sanz de la Llosa, Señora de los lugares de Señera, Benemejís y Ayacor en Xàtiva, era de la antigüedad de su linaje. También de lo efímero que es el poder en un mundo en el que la voluntad de los reyes y las guerras que libran entre ellos pueden decidir el auge o la caída de un Señor y de su Casa.
Los Sanz de Xàtiva eran lo que en época de Jesualda se conocía como “caballeros de la Conquista”, grupo al que pertenecían también otras familias de la nobleza original del Reino de Valencia, como los Ferrer y los Escrivá, y al que sin embargo no pertenecían los Borja, cuyo ascenso social se produjo mucho después de que Don Jaime I, rey de Aragón tomara en 1238 y 1244 las ciudades de Valencia y Xàtiva de manos de sus últimos soberanos musulmanes. Jesualda, descendía de Pierres o Pedro Sanz, caballero del Rey Don Jaime, cuyo hermano Jaques estaba entre los Jueces Repartidores encargados de distribuir las casas y propiedades de la ciudad y el término de Xàtiva entre todos aquellos que habían participado en la cruzada. El cronista Martín de Viciana, en su célebre obra Crónica de la Ínclita y coronada ciudad de Valencia y de su reino, publicada en 1564, cien años antes de que naciera Jesualda, así lo decía:
“el Rey nombrò partidores de los heredamientos de Xativa entre los Cavalleros, y otros nuevos pobladores a Iaques Sans, y otros dos Cavalleros, segun parece por el libro del dicho repartimiento hecho entonces, el qual hasta hoy està guardado en el Archivo de Xativa. Otrosi, Berenguer Sans, y Pierres Sans, fueron en la pressa de Xativa, y a mi cargo, que el dicho Iaques, ni los otros de su Familia de aquella hecha, no fueron mal heredados, porque hasta hoy vemos, que los Cavalleros del Apellido de Sans en Xativa possehen todo lo bueno, y mejor della.”Entre las baronías donadas a Pedro Sanz en 1244 por el rey Don Jaime se encontraba el lloc de Señera, que pasó a ser casa y solar ancestral de los Sanz de Xátiva. Un siglo después, en 1358, un descendiente suyo, Don Pedro Sanz, Caballero, aparece también, en un documento que se conserva en el archivo de la Corona de Aragón, como titular de otros señoríos, concretamente de los llocs de Genovés, Lo Boy (Alboy), Torrella y Benemixis (Benemejís), además de Senyera (Señera).
En los dos siglos siguientes, este patrimonio se fue dispersando entre las varias ramas de los Sanz, que se habían diferenciado entre sí integrando en el nombre familiar común el de sus respectivos señoríos. Aparecen así los Sanz de Señera, los Sanz de la Llosa, los Sanz de Alboy, los Sanz de Benemejís, los Sanz de Vallés y los Sanz de Sorio; linajes de los que habló Viciana en 1564 en la obra citada y entre los cuales se había tejido una tupida red de alianzas matrimoniales. En ese período, los siglos XIV y XV, la dispersión del patrimonio vino acompañada para los Sanz de la pérdida de influencia política en la ciudad de Xàtiva, que en cambio presenció el ascenso imparable de los Borja. Quizás pueda atribuirse a ese relativo declive el hecho de que los Sanz tuvieran una menor presencia que otras casas nobles de Valencia en la conquista de Nápoles por Alfonso “El Magnánimo” entre 1434 y 1443, o que el rey Fernando el Católico dictase un Privilegio en julio de 1513 "recordando" que los caballeros de esta familia eran “nobles y de antigua nobleza por continua posesión” por haber participado en las conquistas de Valencia y de Mallorca,
En ese mismo privilegio, el rey Católico ratificaba a los Sanz las armas que llevaban ya de antiguo en su escudo: en la cabeza, cuatro palos de Gules sobre campo de oro, y en el pie un ala de Gules sobre campo de plata.
Escudo de armas de los descendientes
de Jaques y Perres Sanz
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Embarque de moriscos en el Grao, Valencia |
El disperso patrimonio de los Sanz en parte se reunificaba de nuevo gracias a la biología, aunque se quedaba fuera el lugar de Alboy, que se mantendría en posesión de los Sanz de Alboy hasta la extinción agnaticia de esa rama de los Sanz con la muerte de María, prima de Jesualda, en 1689. También con Jesualda Sanz de la Llosa se produjo la extinción agnaticia de los Sanz de la Llosa y Sanz de Señera, si bien Jesualda transmitiría a su hijo Félix y a su nieta María Anna los derechos patrimoniales sobre Señera, Benemejís y Ayacor, disputados con su media hermana Josefa, cuyo hijo, Jacinto Forner y Sanz de la Llosa murió sin descendencia.
Árbol genealógico de Jesualda Sanz de la Llosa |
Escudo de armas de los Tárrega Casa de Juan Jacinto Tárrega en Xàtiva |
En febrero de 1705, en pleno conflicto bélico, Jesualda casó a su único hijo varón, Félix Tárrega y Sanz de la Llosa, con María Rosa Roca y Malferit, nacida en 1678, uno de los numerosos hijos de Jacinto Roca y Ferrer y Fausta de Malferit, primeros marqueses de Malferit. La marquesa, Doña Fausta, que había muerto en 1695, descendía de un linaje notable. Los caballeros de Malferit, señores de Aielo, siempre habían sido atípicos dentro de la aristocracia valenciana. Descendían de Jaume I de Malferit, gobernador de Valencia "de más allá del Júcar" y uno de los principales caballeros del Rey Alfonso "el Magnánimo", a quien asistió durante la conquista de Nápoles y de quien recibió el señorío de Aielo en 1445 como premio a sus servicios. Los Malferit fueron en su mayoría hombres de armas que, al mismo tiempo, llevaron a Aielo muchas de las innovaciones culturales y tecnológicas del Renacimiento italiano. Algunos se mostraron además comprensivos con sus vasallos moriscos, protegiéndoles e incluso hablándoles en su dialecto árabe durante los negros años de su persecución.
Árbol genealógico de los Malferit, señores de Aielo |
Durante la Guerra de Sucesión, el marqués fue un decidido partidario de la causa borbónica, lo que le supuso al inicio de la guerra el exilio a Madrid y la confiscación de sus bienes. Murió en 1710, antes de acabar la guerra, pero sin duda sus servicios a la causa borbónica constituirían todo un activo que su familia sabría poner en valor cuando Felipe V ocupó definitivamente el trono de España en 1713. El enlace del hijo de Jesualda y la hija de los marqueses de Malferit, por tanto, suponía un salto importante en lo que venía siendo la estrategia matrimonial ascendente de los Sanz de la Llosa.
Árbol genealógico de Don Jacinto Roca y Ferrer, 1er marqués de Malferit |
Jesualda Sanz de la Llosa Sanz de Alboy y Sanz de Señera, la última y la más representativa portadora de sus apellidos, otorgó testamento a los 67 años ante Gaspar Domingo Devesa, notario de Valencia, el 29 de enero de 1726 y seguramente moriría poco después. No vivió lo suficiente para ser testigo del enlace de su nieta y heredera, María Anna Tárrega y Sanz de la Llosa, con Don Juan Diego Verdes Montenegro en la iglesia del Convento de la Puridad de Valencia sólo 4 años más tarde. Los Sanz de Xàtiva habían sobrevivido a la desintegración del patrimonio fundacional, al colapso económico que supuso la expulsión de los moriscos, al ascenso de una aristocracia intrusa de origen castellano, a la Guerra de Sucesión y al cambio de dinastía. Y no solo habían sobrevivido, sino que habían logrado remontar; y a través de Maria Anna, el linaje de Jesualda entroncaría con la nueva aristocracia administrativa borbónica, pues el novio era Contador Mayor del Ejército y del Reino de Valencia y miembro del Consejo de Su Majestad.
Doña Jesualda no vivió tampoco para ver cómo su nieta se sumaría a las filas de la nobleza titulada cuando el Rey le confirió en 1762 el marquesado de Benemejís, pero tampoco fue testigo de cómo ese clímax marcaría al mismo tiempo el canto del cisne de su linaje, pues una generación después se extinguiría sin descendientes legítimos; pero ese es tema de otro relato.
María Anna Tárrega y Sanz de la Llosa, marquesa de Benemejís y nieta de Jesualda, fue la tatarabuela de Concepción Verdes Montenegro, mi tatarabuela.
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